A unos 150 km de París, en una dinámica ciudad comercial en el Pays de Bray, una altiva mansión de

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A unos 150 km de París, en una dinámica ciudad comercial en el Pays de Bray, una altiva mansión del siglo XIX con un jardín cerrado de más de 2.600 m². La propiedad está cerca de la plaza del mercado, alrededor de la cual el pueblo ha construido su historia. Entronizada en el centro del pueblo, la casa se distingue de sus vecinas pero encaja bien en su entorno inmediato. Los edificios circundantes, con una identidad "normanda" muy marcada, no desentonan frente a la propiedad, introducidos por un imponente magnolio centenario en sus afueras. Un seto de cedro delimita la entrada por el lado de la calle. Adosado a un delicado portón metálico, no oculta las vistas de la vivienda, a buena distancia de la entrada. Enlucidas en un blanco inmaculado, y realzadas por el verde de las barandillas de hierro fundido, las fachadas están surcadas, en los días soleados, por hortensias de tonos rosados en las bases.
La construcción se remonta a la época de Luis Felipe: la primera piedra se colocó en 1839 en un terreno que antes se erigía con la dignidad de marquesado. Al regresar a estos lugares después de la Revolución y a pesar de la "Ley de los Mil Millones de Emigrantes" puesta en marcha en 1825 para compensarlos por los "expolios" republicanos, muchos nobles empobrecidos se vieron obligados a vender sus tierras. En su lugar, los burgueses construyeron complejos turísticos o "pequeños castillos" a imagen y semejanza de éste. En 1846 se terminó la casa: se trataba de un edificio con tejado abuhardillado, de estilo Luis XV, construido en ladrillo, enlucido con mortero de cal y yeso. Construida en el "estilo Pompadour" de las residencias construidas en el siglo anterior, la casa retoma los principales códigos arquitectónicos y estilísticos.
Con una superficie de casi 300 m², construida en la primera parte del terreno, la casa esconde detrás de ella un vasto jardín de hierba, salpicado de múltiples árboles, rodeado de altos muros. Un huerto, su estructura de ladrillo, garajes y una dependencia rústica completan la propiedad. En la parte posterior del lote, una cerca delimita la propiedad.